¿Quién no se ha preguntado qué se dirán los jugadores los unos a los otros durante los partidos? ¿Y las charlas con los árbitros? La dichosa manía de taparse la boca con la mano nos priva de muchas grandes covnersaciones, pero a veces, por suerte, a algunos se les olvida.
La naturalidad de Diego Costa es hasta envidiable. Vive los partidos de una forma tan intensa que siempre juega al límite de la amonestación, y su boca le pierde en más de una ocasión. O sus gestos.
Así fue el partido de Diego Costa en el Metropolitano ante el Athletic Club.
20 de febrero de 2018