El Barcelona-Chelsea de la vuelta de octavos de final de la Champions League será muy diferente a los vividos la pasada década entre estos dos clubes. Si por algo se han caracterizado los 'blues', que sólo han perdido una vez en el Camp Nou en sus últimas cinco visitas, es por defender mucho y bien.
Y es que el Chelsea, ya fuera con Mourinho, Hiddink o Di Matteo, siempre ha tenido como objetivo número uno mantener su portería a cero en la Ciudad Condal. En la ida de los de octavos de final de la 2004-05, los londinenses tenían el partido de vuelta para remontar y a Mourinho no le importó abandonar todo despliegue ofensivo con tal de llevarse un buen resultado a la vuelta, algo que el Chelsea consiguió pese a la espectacular irrupción aquel día de Maxi López.
Al año siguiente, en la revancha 'culé', el Chelsea tuvo que ir a por el partido después del 1-2 del Barcelona en la ida, quedándose a un gol de forzar la prórroga, pero tras ir a remolque todo el partido.
Posteriores visitas 'blue' al Camp Nou volvieron a mostrar planteamientos ultradefensivos, como en el 2-2 de la fase de grupos de la temporada 2006-07, con Mourinho y Drogba celebrando de manera loca un punto conseguido sobre la hora.
La semifinal de la campaña 2008-09, que se hizo famosa por la vuelta en Stamford Bridge, también mostró a un Chelsea bastante defensivo en Barcelona. Aquel Barça jugaba como los ángeles y Hiddink buscó el 0-0, que consiguió tras un choque en el que los londinenses prácticamente no atacaron.
El último precedente, la semifinal de la 2011-12, también presentó a un Chelsea que defendía el 1-0 de Londres, en tanto que el Barcelona tenía que ir a por todas para estar en la final. El Chelsea hizo su trabajo y defendió bien, aunque también se alió con la suerte de los palos y del penalti fallado por Messi ante Cech.
Esta vez, como en los octavos de 2006, al Chelsea no le quedará más remedio que atacar, aunque Conte ya ha avisado de que lo principal es que los suyos se defiendan bien y busquen el contragolpe para hacer daño al Barcelona. Parece poco para doblegar a un equipo al que sólo dos conjuntos le han hecho más de un gol en casa esta temporada.