El chico, de 14 años, sufre una enfermedad grave que no le permite salir de casa y afecta a su movilidad corporal, pero su frágil salud no ha sido impedimento para que pudiera estar en el estadio del equipo de su vida y animar a afición y jugadores desde su propia cama.
Gracias a una iniciativa del Everton, Jake ha podido ponerse en la piel de un robot situado a pie de campo en el que se puede leer un mensaje que dice: "Hoy soy la mascota".
En efecto, el joven pudo ser la mascota. El robot, que también estuvo en el túnel de vestuarios, está equipado con una cámara, un altavoz y un micrófono, por lo que pudo comunicarse incluso con los jugadores de su equipo.
Esta fue la gran victoria del Everton este lunes, independientemente del marcador. El fútbol sigue cumpliendo sueños, y la teconología ayuda a que sean cada vez más los que puedan llegar a ello.