Estuvo cerca de acabar en batalla campal el encuentro después de que Charles se fuera junto con algunos de sus compañeros a tocar una bandera del equipo rival que rezaba lo siguiente: "jugamos como bebemos".
La afición local, que ya había insultado al jugador e incluso lanzado objetos contra el autobús del equipo, automáticamente se indigno. Más teniendo en cuenta de que Charles jugó no hace tanto en su equipo, con el que llegó a lograr un ascenso.
Las autoridades tuvieron que intervenir en la grada para calmar los ánimos de unos hinchas muy alterados. Se lanzó hasta una bengala al terreno de juego que tuvo que recoger el portero del equipo visitante.
El árbitro expulsó al jugador por la celebración ante las protestas de los futbolistas de Sao Raimundo. Y se marchó escoltado por sus propios compañeros al vestuario, aunque la afición rival lo esperó fuera del estadio tras el partido.
"El presidente llegó diciendo que los hinchas estaban afuera esperándonos, y tuve que salir escondido con unos compañeros. Tomamos un coche y fuimos a encontrar el micro a otra parte", aseguró el futbolista tras el partido. Al final, todo quedó en una anécdota.