Javier Mascherano está viviendo sus últimos días en el Barcelona. Desde que llegó a 'Can Barça', hace siete temporadas, comenzó una historia singular. Siempre rodeado de estrellas, él destacó por otros valores no tan 'made in Barça' pero igualmente válidos y que le hicieron ganarse el reconocimiento de grada y vestuario. El del Celta no será un partido de homenaje, pero sí le servirá como despedida. En pocos días comenzará su aventura en el Hebei Fortune.
El Camp Nou ha sido su hogar, en el que ha ido amasando todos los títulos con los que puede soñar un futbolista a nivel de clubes. Llegó como medio centro y acabó como central, misma posición en la que pensó el 'Txingurri' para el choque de vuelta de los octavos de Copa.
En función de cómo marche el resultado, podría darse la circunstancia de que su entrenador lo sustituyera para llevarse una última ovación de la grada. Lo que está por ver es si hoy ocurre como en aquel partido contra Osasuna de la pasada temporada. Con 5-1 en el marcador, hubo un penalti y los habituales tiradores, Messi y Luis Suárez, decidieron que era el momento de que lo lanzara el 'jefecito'. Y es que acumulaba 319 encuentros oficiales con el Barcelona sin anotar un solo tanto.