Se veía venir. Iba a pasar tarde o temprano. Tener una cámara suspendida sobre el campo, por muy alta que esté, iba a traer problemas.
El afortunado ganador de este particular desafío contra el fútbol moderno ha sido, aunque no lo pretendiera, Iago Herrerín.
El portero del Athletic se apresuró a poner de nuevo el balón en juego, tras atrapar un saque de esquina del Espanyol. Pateó con violencia el balón buscando sorprender al rival, y a quien sorprendió fue al estadio entero.
Visto por la televisión la escena resultó extraña. El balón salió de plano, y en lugar de aparecer por donde se esperaba, cayó a plomo en el centro del campo. ¿Qué había pasado?
Los futbolistas del Athletic protestaban al colegiado mientras señalaban al cielo. ¿La furia de los dioses, quizá? No, una repetición nos sacó de dudas: Herrerín se había cargado la 'skycam'.
La famosa 'cámara araña' se llevó el pelotazo del arquero rojiblanco, y quedó inutilizada para lo que restaba de encuentro. Por suerte, los cables que la sustentan y que la permiten moverse por todo el terreno de juego no fallaron y el pesado artilugio no cayó, lo que podría haber convertido esta graciosa anécdota en una tragedia.
14 de enero de 2018