Tras el desencanto del descenso a Segunda, el mal rato de ver al equipo sin capacidad de colarse entre los favoritos para ascender. Quedan opciones tan matemáticas como remotas, pero el 'granadinismo' ha dicho basta.
Por ello, esta semana se fue extendiendo lo que podría denominarse la convocatoria de una ausencia: es decir, mostrar el enfado por la decepcionante temporada no yendo al encuentro contra el Reus.
Y, aunque los más enojados se mostraron a favor y decidieron quedarse en casa, igualmente tuvo el reverso de que los seguidores más puristas hicieron un llamamiento para ir al estadio. Que se puede protestar de muchas maneras distintas, pero nunca dejando al equipo solo.
Así que el aforo en el tercer partido de Portugal en el banquillo amenazaba con resentirse respecto a lo habitual. Más que descensos o malos resultados, no hay peor noticia que pueda sufrir un club que el abandono se su gente.
Al menos, la medida sirvió para localizar a los seguidores más leales y, aunque mosqueados, seguirán estando en las gradas.