Morata, criticado por su actitud en el banquillo, tenía prisa por volver a casa al término del partido y después de que el Barça saliese vivo de Stamford Bridge.
Por eso no dudó en meterle prisa a su compañero Pedro, que hablaba con 'El Larguero'. El ex del Barcelona empezó a perder el hilo de su discurso porque Morata le animaba a que terminase cuanto antes la entrevista para poder marcharse.
"Me tengo que ir en breve", dijo el canario, mientras seguía analizando el partido. Al término de la entrevista confesó que Morata le estaba esperando con las llaves del coche en la mano y amenazaba con dejarle en tierra si no acababa ya.
Pedro, entre bromas, se marchó a la carrera para evitar que el ex madridista se fuese sin él y no le acercase a casa. No fue la única broma que se pudo ver esa noche... Messi y Cesc, ex compañeros en el Barça, protagonizaron otra.