Cuentan que la Liga se ha acabado, que el calendario se ha convertido en un camino de rosas para un Barcelona que 'vuela como las mariposa y pica como las abejas'. Mientras el Madrid surfea como puede sus problemas con el gol, pese a que el Deportivo acabó pagando los platos rotos, la Liga se ha ido arrimando al Camp Nou a ritmo de segundas partes.
Porque el Barcelona de Valverde no es vistoso, pero te quema a fuego lento para despellejarte en el tramo final de cada encuentro. Ese guión se ha estado viendo una y otra vez, sin importar el rival o el escenario. No este Barça un equipo que se arredre por ser fiel a ese nuevo estilo que le ha impregnado el técnico extremeño.
Primero te ceba, te cansa, y después recupera su esencia con Messi a los mandos para liderar la expedición de caza que acaba contigo. Y así durante 20 jornadas. Como si nada, con puño de hierro y una ausencia de rivales que parecen haber dimitido de la oposición. Primero el Madrid, que sigue intentando reencontrarse y que ha cedido demasiado por el camino; después el Valencia, que no tenía banquillo para aguantar el pulso que amenazó con echarle al Barcelona; y por último el Atlético, que hace la goma pero sigue a un mundo de distancia. 11 puntos parecen demasiados con las sensaciones de hoy día.
LaLiga, acostumbrada a estos últimos años de pelea hasta el final, varios de ellos decidiéndose en la última jornada, se siente rara en este mes de enero. Casi resuelta a cuatro meses vista, con un Barcelona devastador y unos rivales que parecen haber centrado el foco en la Copa, la Champions o la Europa League.
Con el título acariciándose en Barcelona, la lucha parece centrarse en los puestos europeos y en un descenso que sí promete tardes de emoción y drama de ahora en adelanta. Alavés, Las Palmas, Málaga, Deportivo y Levante se han metido en un marrón del que intentarán salir a tiempo.
Siempre nos quedará el descenso para intentar vibrar en una Liga que se va quedando sin emoción demasiado pronto. No se atisba un tropiezo azulgrana y sus rivales necesitan demasiados para intentar cambiarle el color a una Liga que se ha vestido de azulgrana en enero. Si hubo una vez una Liga, este Barça la convirtió en recuerdo.