Suele ocurrir cuando se piensa en otra cosa, cuando la cabeza está en otro lado, el cerebro emite señales contradictorias y los pies se lían hasta el tropiezo. Le pasó algo parecido al Madrid con Kiev en la frontera.
Cayó el Madrid también porque la segunda unidad volvió a defraudar y en ningún momento supo jugarle a un Sevilla que salió con sangre en los ojos. "Rojiblancos", ya lo dijo Caparrós.
Se juntaron dos situaciones: guerra de guerrillas del Sevilla y bandera blanca del Madrid. El tercer gol del conjunto sevillista es palmario: Theo caminando mientras Mercado, que no es precisamente un velocista, le ganaba la espalda hasta el autogol de Ramos.
Un 3-0 palmario
En el Madrid sólo quisieron ganar Ramos, Asensio, Casilla y un poco Lucas. Desnortado el resto, campo abonado para un Sevilla con ganas de agradar y de meterse de lleno en la pelea por Europa.
El 3-0 no resultó casualidad, y pudo llegar antes. Si no llegó fue porque Casilla puso de su parte. Ben Yedder tumbó el muro tras una jugada primaria: balón largo, balón peinado y gol.
El segundo vino porque N'Zonzi atravesó el centro del campo como un niño sale al recreo. No lo marcó él, pero Layún aprovechó el desmoronamiento colectivo para agrandar distancias.
El Madrid espabiló tras el descanso. Benzema conectó un par de disparos con cierto peligro. Sin crear demasiado juego, al ralentí, el Madrid achuchó... y el Sevilla respondió al estilo Caparrós.
Porque cada balón largo y directo era un puñetazo en las costillas del Madrid. Ben Yedder, Muriel y Sandro rozaron el tercero. Lo anotó Ramos sin querer de tanta insistencia. El balón envenanado salió de las botas de Mercado.
Ramos, a la segunda
El 3-0 fue el interruptor del Madrid, que respondió con jugadas parecidas a las del Sevilla. Pudo hacer el 2-1 Ramos, pero reventó el larguero desde los once metros. Anotó el segundo tras una controvertida decisión de Mateu por un empujón de Mercado a Theo en el área.
Antes Mayoral aprovechó nuevamente los minutos con otro tanto cargado de oportunismo y saber estar. Un partido de enredos que impulsa al Sevilla y alimenta la errática trayectoria del Madrid en Liga.