Apenas han pasado unos días desde que Antoine Griezmann le diese al Atlético de Madrid su tercera Europa League, con su doblete al Olympique de Marsella en Lyon, pero los rumores sobre su posible salida han envenenado el ambiente.
Muchos aficionados rojiblancos no entienden por qué su estrella no acalla los rumores de una vez, o los confirma, y la desconfianza hacia él ha alcanzado límites insospechados.
La prueba fue el último partido en el Wanda de la temporada, el de la despedida de Torres. 'El Niño' fue titular, junto a Correa, y Griezmann fue suplente. A la hora de partido Simeone le dio entrada, y la afición le recibió con hostilidad.
Entró en lugar de Koke, al que el Metropolitano despidió con una ovación. Una ovación que se convirtió en un claro abucheo cuando desde la megafonía se nombró a Antoine Griezmann.
El que pudo ser el último partido del 'Principito' como rojiblanco no fue como debería haber sido. La afición del Atleti se dejó llevar por los más bajos instintos y abucheó al futbolista que días antes le dio la Europa League. Al mismo al que imploraron en Neptuno que se quedase en el Atleti.
La situación llegó a tal punto que Diego Godín, suplente en ese encuentro, se fue al fondo ocupado por el Frente Atlético y les recriminó su actitud a los ultras ahí presentes. Porque es muy ingrato tratar a Griezmann de ese modo.
20 de mayo de 2018
20 de mayo de 2018
La reprimenda del central uruguayo surtió efecto, y los abucheos se convirtieron, de nuevo, en aplausos y cánticos.
20 de mayo de 2018