"Era tan pobre que no tenía más que dinero", cantaba Sabina. Años después la frase fue devuelta a la popularidad por un sevillano. A Tote King no le gusta el fútbol, pero adoptó para su música un dicho que sí define bien al Manchester United. Un equipo chato, carente de brillantez alguna, hierático y sin aristas, tan sólido y tan elemental como un templo románico. Tantos millones gastados para que la grandeza la pusiera un Sevilla que mereció más y que viajará a Manchester sin premio.
En Old Trafford es de prever otro United, quien paradójicamente si algo le sobra son futbolistas de calidad. Ni uno de ellos logró someter a un Sevilla enardecido desde que el balón se puso a rodar. Correa y Navas, cada uno por una banda, trincharon al Sevilla como si de un capón se tratara. Ellos marchaban las órdenes de un Banega al que le ponen estos partidos. Si el United no fue devorado fue porque anidó en su portería y porque De Gea obró varios milagros, uno de ellos aspirante a parada de la temporada.
El Sevilla no quiso especular y los hombres de Montella empequeñecieron a los de Mourinho. Se puede concluir que el planteamiento del portugués, si se analiza el once, era cortocircuitar la verticalidad sevillista. No lo consiguió. Los de Nervión exhibieron personalidad, arrojo y capacidad. Al United le quedaba esperar y que el gigante Lukaku cazara alguna llovida del cielo.
Se lesionó Herrera y el castillo se le vino abajo a Mourinho, quien tuvo que echar mano de un deprimido Pogba. Quien fuera el jugador más caro de la historia está lejos de ser el futbolista diferencial que mostró ser en la Juventus durante unas cuantas temporadas. El equipo inglés decidió ceder el balón al Sevilla y éste sí que supo qué hacer con él.
De Gea, MVP
Le faltó tino al Sevilla para rematar. Tiene más calidad esta plantilla en comparación a las de otras temporadas, pero le falta un 'killer', el Bacca o el Gameiro de antaño. Lukaku mandó al Villamarín un buen servicio llegado desde la izquierda. Fue entonces y hasta el descanso De Gea quien se erigió en héroe visitante y villano local.
Debido a que el Mudo Vázquez estuvo lento en una arrancada cuando partía solo, Correa remató flojo y el guardameta 'red devil' voló para detener sendos cabezazos de N'Zonzi y de Muriel, éste tan pegado que casi no le daba tiempo a reaccionar, el Sevilla se fue al descanso sin nada que echarse a la boca. El United, impotente, agradeció el descanso.
Le faltó pegada al Sevilla
No hubo giro de guión tras el descanso, con un Muriel que se propuso agotar a Lindelöf y Smalling con sus arrancadas. No llegó el colombiano en boca de gol a otro balón desde la banda y no atinó Sarabia a embocar un cabezazo tras una virguería de Correa por la derecha.
La solución de Mou fue meter a dos delanteros, Rashford y Martial. La osadía del joven inglés activó una alerta al Sevilla, quien acabó extenuado. Lukaku marcó, pero se ayudó con la mano.
La última del encuentro fue con Sandro rozando la gloria, pero su disparo se estrelló en un rival y el partido murió sin inaugurar el marcador. Le faltó el gol al Sevilla. Le faltan muchas cosas al United, quien lo fía todo a la Champions. Deberá poner más grandeza Mourinho en la vuelta. En la ida fue cosa de un meritorio Sevilla.