Movía la pelota Layún en su carril derecho. Sin opciones de avance, el ahora lateral del Sevilla optó por virar y mirar hacia el interior. Hizo un gesto, pondría el balón en el área.
Pero se le fue la pierna. Le dio demasiado fuerte, y lo que iba a ser un centro parecía que se convertiría en un melón. Pero no. Fue directo a la escuadra del palo largo. Un golazo de los que no se ven todos los días.
24 de marzo de 2018