No pudo ser. El sueño de revalidar el título se hizo trizas en un inicio de segunda mitad en que Vertessen y Mpie no dieron tregua a los españoles.
De hecho, el partido se decidió por arranques. Porque el del equipo de Santi Denia tras el pitidio inicial fue tremendo. A la tercera ocasión en diez minutos, Álex Baena culminó una buena jugada personal de Nabil.
El propio Nabil casi podría haber sentenciado a la media hora en una ocasión inmejorable, si bien Shinton detuvo con las piernas cuando el 2-0 se cantaba.
Bélgica, cuya única ocasión se había topado con la madera, reaccionó en una segunda parte inmaculada. Vertessen, del PSG, empató en un gol similar al de España.
Paradójicamente, el mejor de los rojos, el meta Arnau, tuvo un episodio de mala fortuna al despejar un balón que rebotó en Mpie y se metió en su portería. Remontada en diez minutos.
De ahí al final, a la contra pudo sentenciar Bélgica, pero el meta español estuvo magistral. España, atropellada, no encontró la manera de reengancharse al duelo.