"Por supuesto que quiero jugar, es difícil cuando sólo tienes minutos cada tres semanas. Le pasa lo mismo a todos los jugadores. Quiero ganarme el puesto, estoy trabajando duro. Veremos qué depara el futuro", espetó.
Asimismo, Arsene Wenger no opondrá gran resistencia a su salida, a pesar de la frustración que le acompaña por ver cómo se fue apagando un centrocampista llamado a dominar el fútbol mundial.
Más allá de su carácter conflictivo y su tendencia a lesionarse, el talento de Wilshere sigue seduciendo tanto en Inglaterra como más allá de sus fronteras, siendo el Crystal Palace y el Betis quienes más están pujando por incorporarle en enero.