Hubo un tiempo en el que los penaltis los tiraban los centrales, los que más duro le pegaban al balón. Ver un penalti colocado era una excentricidad, algo demasiado arriesgado como para hacerse.
Pero hoy en día el fútbol es otro, y mientras algunos siguen pegándole a romper, otros, sin caer en la 'delicatessen' de un penalti 'a lo Panenka', nos deleitan con grandes lanzamientos de penalti, colocados y engañando al portero.
Ha sido el caso de este penalti, convertido por Messi. Comenzó como un derribo a Nelson Semedo dentro del área eibarresa. Le puso el cuerpo por delante a Gálvez, y el central del Éibar le derribó sin pretenderlo.
Penalti claro e indiscutible, que Leo Messi, sin Suárez en el campo y con Neymar en París, no dudó en prepararse para patear. Y no tembló. La pegó, la colocó y Dimitrovic sólo puso sacarla de dentro de su portería.
Penalti a Semedo y gol de Messi pic.twitter.com/XaoKoFCrWG
— Fran González (@franglg) 19 de septiembre de 2017