El Málaga no es colista por los árbitros. Ha quedado patente que al conjunto malacitano le faltan muchas cosas para ser, a día de hoy, un equipo competitivo. La pérdida de jugadores importantes han mermado a una plantilla que se encuentra en una situación complicadísima en este inicio de curso.
Con un punto de 27 posibles, echarle la culpa a los árbitros es muy temerario. Pero, quizás, los blanquiazules podrían llevar alguno más si no se hubieran sido perjudicados partido sí y partido también en lo que va de Liga. Porque en casi cada jornada los de Míchel se han encontrado con alguna decisión más que discutible.
El castigo comenzó en la segunda jornada. El Girona se aprovechó de un fuera de juego de Alcalá para marcar el único tanto del partido y llevarse los tres puntos. Milimétrico sí, pero gol ilegal.
En la quinta, los malacitanos visitaban Mestalla. Se marchó perdiendo al descanso 1-0, pero las sensaciones eran buenas. Los de Míchel gozaron de dos ocasiones muy claras, pero no la transformaron. Compitió hasta el segundo tanto, cuando un Zaza en fuera de juego echó al traste las opciones de los malacitanos.
Una semana después, follón contra el Athletic. En apenas dos minutos concedió un dudoso gol a Williams tras una posible falta a Kuzmanovic, y echó al serbio con dos tarjetas amarillas en escasos segundos. La paciencia que guardan con las protestas de los grandes, no la tienen con los jugadores del colista.
En la siguiente jornada, el Málaga saldría perjudicado de Sevilla. Tras 69 minutos con empate a cero, Banega adelantó a los sevillistas desde los once metros tras una pena máxima más que discutible. Rosales metió la pierna y Correa hizo el resto.
Ante el Leganés, de nuevo le tocó lidiar con un nuevo fuera de juego. Cuando buscaba la victoria, los madrieños se aprovecharon de una posición adelantada para hacer el 0-1 y llevarse los tres puntos de La Rosaleda.
En su viaje al Camp Nou, un partido con muchísima más repercusión mediática, los malaguistas se han visto de nuevo afectados por otra mala decisión arbitral. Una más para un Málaga que no levanta cabeza entre su mal juego y su mala suerte.