"El asunto está pendiente y está siendo investigado. Sin ningún resultado todavía, no tenemos una posición clara para comentar", expresó una portavoz de la FIFA, en una noticia que recogen varios medios internacionales.
Y es que Neymar demandó al Barcelona por el impago de la prima de renovación que ambas partes habían pactado: 26 millones de euros. Una cantidad que el padre y agente del jugador nunca llegó a ver y que reclamaron tras su marcha a París.
El Barça aseguró que no está obligado a pagarla. Jordi Vives, portavoz del Barcelona, afirmó que el pago de dicha prima estaba supeditada a que el jugador continuará en el Barcelona, y que tras sus negociaciones con el PSG incumplió dicha cláusula.
El jugador se saltó varios de las cláusulas de ese contrato, por lo que el club 'culé' entendió que no tiene la responsabilidad de abonar dicha cantidad. Una especia de venganza tras abandonar 'Can Barça' con destino a París.
Poco días después, los azulgranas contraatacaron denunciando al jugador por incumplimiento de contrato y exigiéndole 8'5 millones de euros más un 10% de la demora del pago.
Ahora, la FIFA salta a escena para mediar entre dos partes que quedarán enemistadas por siempre. La pregunta es: ¿A quién le darán la razón?