Cuando se conoció la sanción, la indignación se adueñó de sus compañeros. Consideraban que era desproporcionada, y así se lo hicieron saber a la Federación con unas camisetas de protesta, en las que se podía leer "nada que hacer, nada que decir".
Lejos de calmar el ambiente, la protesta ha provocado que la Federación cite a declarar a Hulk, la cara visible de la protesta, y de paso, al equipo.
Su entrenador, Villas-Boas, acudió antes de ser citado, en un gesto de buena voluntad, pero Hulk acudió cuando la Federación se lo requirió.
Ambos dieron su punto de vista de la polémica acción, y Hulk, además, tuvo que explicar el episodio de las camisetas.
El club, el Shanghai SIPG, ha emitido un comunicado dando gracias por el apoyo de la afición, al tiempo que condenaba el incidente de las camisetas, tratando de congraciarse con la Federación de ese modo.