Era al todo o nada. Portero contra jugador y desde los once metros. El encargado de lanzar el penalti golpeó con todas sus fuerzas y el balón acabó estrellándose en el larguero. El portero lo celebró por todo lo alto, pero tanta alegría le jugó una mala pasada.
El cuero salió rebotado y con un efecto que hizo que acabara dentro de la portería. Los colegiados dieron el gol por válido y al final... el que ríe último ríe mejor.
Never ever celebrate too early in a penalty shootout. pic.twitter.com/v3OtL5lykf
— FOX Sports Asia (@FOXSportsAsia) 21 de octubre de 2017