De repente, la realización conectó con la cámara del túnel de vestuarios. Y ahí estaba él, llamado a ser protagonista, para lo malo, del partido.
Neymar salía a la carrera del vestuario, abrochándose la sudadera a toda prisa. En la bocana le esperaba un chaval con la equipación del rival. Le había tocado el 'premio gordo', pero por alguna razón que no entendía, éste no llegaba. Todos se habían marchado, menos él.
Pero Neymar apareció, y salió al trote, con el muchacho de la mano, mientras los otros 21 futbolistas ya saludaban al respetable. No se sabe por qué, pero el partido ya empezó mal para Neymar.
Acabó peor. Desquiciado y fuera de sí, vio dos amarillas en dos minutos y terminó expulsado. Por fortuna, Cavani salvó los muebles sobre la bocina.