Hasta que alguien demuestre lo contrario, el Chelsea es el rey de Inglaterra. Y no parece que el Arsenal esté capacitado para arrebatarle el trono. Al menos eso se puede sustraer del amistoso que ambos equipos disputaron en Beijing, en el que los 'blues' volvieron a demostrar que son un equipo compacto, con las ideas claras. Todo lo contrario que un bisoño Arsenal, con mucho todavía por recorrer.
Bien es cierto que Wenger apostó por un once plagado de jóvenes, mientras que Conte eligió una alineación vista varias veces en la campaña pasada. Fruto de esta teórica superioridad, los actuales campeones de la Premier se lanzaron a por el primer gol desde el pitido inicial. Moses o Willian avisaron de lo que estaba por llegar, pero Ospina se mantuvo firme bajo los palos.
El guardameta colombiano fue protagonista por otra acción mucho más preocupante. El otro nombre de la ecuación fue el de Pedro, que fue embestido por el portero del Arsenal en la caza de un balón en largo. Un violento choque que dejó conmocionado al canario que, pese a sus intentos por seguir, tuvo que marcharse a vestuarios por precaución.
Tras ello, Ospina repitió su acierto bajo palos negando el gol a Moses. Así, tuvo que ser el talento de Willian el que rompiera el empate. El brasileño recibía un balón en profundidad, se lo acomodó a su pierna derecha y lo puso imposible para el colombiano. Y si con este gol encarrilaban el partido los de Conte, qué decir cuando, un minuto más tarde, Batshuayi se desquitaba de su cartel de hombre poco goleador con un gran zurdazo. Al descanso, el campeón ya mandaba por 2-0.
Batshuayi sentenció en la segunda mitad
Los cambios no alteraron en nada el signo del choque. De hecho, no tuvieron tiempo para asentarse los dos equipos cuando Batshuayi asestaba el golpe definitivo. Tremendo 'chicharro' el del belga, que se aprovechó de una gran internada de Marcos Alonso, incisivo como pocos. De nuevo con la zurda, de nuevo imposible para Ospina.
Este tercer tanto relajó el ansia 'blue', que cedió terreno para un Arsenal que lo intentó de todas las formas posibles para recortar la desventaja. Giroud y Welbeck probaron a batir a Willy Caballero, que apenas tuvo que realizar intervenciones de mérito. Con el Arsenal volcado pero carente de ideas se esfumó el encuentro, con un 3-0 a favor del Chelsea que confirrma su superioridad ante un Arsenal que no crece.