Se jugaba el minuto 91 cuando el colegiado del encuentro, Daniel Palencia Caballero, reunió a sus auxiliares y se encaminó a los vestuarios, dejando a los dos equipos sobre el terreno de juego y el partido sin finalizar.
Pero ¿por qué? Muy fácil. El encuentro se fue calentando poco a poco hasta llegar a quemarle en las manos al colegiado que, ni corto ni perezoso, quiso quitarse el 'marrón' de encima largándose a su casa.
En el minuto 70 empezó la calentura. Palencia Caballero decidió expulsar con roja directa a Alexis por tocarle la cara. Y, 20 minutos después, Romero cometió una fea y dura entrada sobre Saborit, lo que provocó la segunda expulsión de los blanquiazules y del partido.
Pero a Saborit no le bastó con la roja directa y dio comienzo a una tángana endiablada en la que todos recibieron y pocos resultaron castigados.
Y Palencia, lejos de calmar la situación, decidió situarse a un lado y ser testigo de lujo de un espectáculo provocado por su falta de autoridad, hasta que se cansó de la situación y puso rumbo directo al vestuario, ante la mirada atónita de los allí presentes.
Ni los organizadores del encuentro, ni los abucheos de la afición, ni las desconcertadas miradas de los jugadores consiguieron frenar el camino de Daniel Palencia Caballero, que puso rumbo con paso firme y directo hacia la escapatoria. Sin palabras.