En los útlimos ocho partidos de Champions de Cristiano Ronaldo, desde los cuartos de final de la pasada edición, el portugués siempre se ha encontrado con el gol.
Los rivales, quitando al APOEL de Nicosia, no han sido poca cosa: Bayern, Atlético, Juventus, Borussia y Tottenham. Sólo en la vuelta de semifinales ante los rojiblancos Cristiano se quedó sin ver puerta.
Tampoco hizo falta, él sentenció la eliminatoria en el anterior partido con un 'hat trick'. Aunque, siendo justos, la sentenció Isco en el partido de vuelta, tras el 2-0 del Atleti en un cuarto de hora, que metió el miedo en el cuerpo a los 'merengues'.
En esos 7 de 8 partidos Cristiano ha anotado la friolera de 15 goles, repartidos en dos 'hat tricks', cuatro dobletes y un solitario gol ante el Tottenham. Sólo éste, y uno de los dos al APOEL fueron de penalti.
Son unas cifras mareantes, difíciles, muy difíciles de igualar, si no directamente imposibles. Pero Cristiano Ronaldo, como el Real Madrid, tiene algo especial con la Champions. El extra de motivación que permite lograr cosas extraordinarias.