A este Barcelona del inicio de temporada no hay quien lo pare. Superado el 'k.o.' de la Supercopa, hasta siete rivales intentaron en vano acabar con el rocoso Barcelona de Valverde en Liga antes del Atlético y también lo probaron Juventus y Sporting de Lisboa en Champions con idéntica suerte.
El choque ante el Olympiakos era a priori sencillo, pero la climatología lo complicó. La persistente lluvia imposibilitó que el choque se desarrollara en condiciones normales y el Barcelona tuvo que jugar a empujones. Pero hasta así demostraron los de Valverde que son solventes.
En una desequilibrada primera parte, el Barcelona se valió de un inspirado Deulofeu para hacer mella en la ordenada defensa griega. De él y de un omnipresente Paulinho, que volvió a cuajar un partido excelente y ya no pilla por sorpresa a nadie después de su comienzo de temporada completo y sin apenas fisuras.
El canterano salió con la lección aprendida del toque de atención de Valverde e incluso participó en el primer tanto, marcado como viene siendo habitual esta temporada en el Barcelona por el rival. Deulofeu intentó buscar a Messi con un centro de primeras y Nikolaou se lo metió en su propia portería en el intento de despeje.
1-0 y conato de goleada que sólo se quedó en eso, en la amenaza. Aunque Paulinho se encontró con el larguero poco después y Suárez perdonó en un mano a mano ante Proto, el Olympiakos vivió con el choque controlado hasta las últimas acciones de la primera parte.
Piqué le pone emoción.
En una de ellas, Piqué pareció aburrirse y le quiso poner picante a la segunda mitad autoexpulsándose. El central intentó remachar un despeje de Proto a tiro de Deulofeu con la mano y le cazaron. Tenía una amarilla y el árbitro no fue clemente con él, dejando al Barcelona con diez para la segunda mitad de manera merecida.
Había dudas de cómo le sentaría a los 'culés' esta roja 'psicológica', pero Valverde lo tuvo claro. No le tembló el pulso y sentó al mejor hombre, Deulofeu, para tapar el hueco dejado por Piqué. Pragmatismo por encima de preciosismo, una vez más.
Pero el Olympiakos seguía sin asustar y el Barcelona decidió meter una marcha más. Tan pronto como lo hizo, llegaron dos nuevos goles, que pudieron ser tres o cuatro si Proto no hubiera tenido una noche tan acertada.
El belga, que sí que pudo hacer algo más en el lanzamiento de falta con el que Messi alcanzó los 100 goles en Europa, tuvo una buena actuación y denegó el tanto a Suárez, Paulinho y Messi en los compases finales. No pudo hacer lo propio en un tiro cruzado de Digne que significó el 3-0 tras gran jugada individual de un Messi que, como sus compañeros, fue de menos a más.
Con los minutos cumplidos y el Barcelona ofreciendo la tregua del 3-0 al Olympiakos, los griegos se lanzaron a por el tanto del honor, que consiguieron con un cabezazo redentor de Nikolaou en uno de los últimos saques de esquina del choque.
El Barcelona superó los obstáculos y ya tiene los octavos a tiro, con dos choques por delante en los que podría dejar casi sentenciado el primer puesto de grupo. Una primera plaza que parece que, a diferencia de otras temporadas, este año sí será muy valiosa.
Ficha técnica