Desde 2011, entre Manchester City (1.024), PSG (941) y Manchester United (916) se han gastado casi 3.000 millones de euros en fichajes. Unas cantidades astronómicas que han terminado de reventar un mercado que ha tocado su pico más alto este verano.
Pero las inversiones no han venido acompañadas de títulos importantes. Los tres clubes sueñan con levantar la Champions, dos de ellos por primera vez, pero pese al tremendo esfuerzo económico que han realizado desde 2011, el techo de los tres ha estado en las semifinales que pisó el Manchester City hace dos campañas.
El PSG ha ido tropezando una y otra vez con la misma piedra, en octavos o en cuartos de final. Y el United ha completado toda una travesía por el desierto que le llevó a ganar la Europa League como mal menor para su primera temporada fuera de la máxima competición continental.
Tres potencias futbolísticas, los tres equipos que más han invertido en estos últimos seis años y ninguno ha conseguido levantar la Champions. Esta temporada volverán a intentarlo, pero algo les falla en la ecuación para que sus inversiones no tengan el efecto deseado en lo deportivo. El dinero no manda tanto en el fútbol como aparenta.